
Caímos en nuestro infierno,
A las profundidades de pensamientos,
Que retardan cada instante,
Para convertirlo en eternidad.
Me recuesto en el jardín de tu mente,
Una vez expulsado de tu corazón,
Pues debo pagar mis torpezas,
Aun sin saborear la desolación.
El perfume de tu cuerpo en mis sombras,
Quiebra cada gota de valentía en mi,
Debo intentar congelar mis sueños,
Pues no quiero, aún, perderlos.
Ya debes dejarme atrás de una vez,
Pues yo, aun sin entender,
Asesinaré cada instante, cada segundo,
Me recostaré en nuestro infierno.
A las profundidades de pensamientos,
Que retardan cada instante,
Para convertirlo en eternidad.
Me recuesto en el jardín de tu mente,
Una vez expulsado de tu corazón,
Pues debo pagar mis torpezas,
Aun sin saborear la desolación.
El perfume de tu cuerpo en mis sombras,
Quiebra cada gota de valentía en mi,
Debo intentar congelar mis sueños,
Pues no quiero, aún, perderlos.
Ya debes dejarme atrás de una vez,
Pues yo, aun sin entender,
Asesinaré cada instante, cada segundo,
Me recostaré en nuestro infierno.
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